CIBERSEGURIDAD5 septiembre, 20255 min de lectura

Cuando la falsa sensación de seguridad abre puertas a los ciberataques

Autor del artículo:

Yoel Lopera Mallol

Microsoft Security Expert de Softeng

En ciberseguridad, a veces lo más peligroso no es solo lo que falta, sino lo que creemos que ya tenemos cubierto. En este artículo te cuento dos casos reales que lo demuestran: empezaron con todo “bajo control” y terminaron en incidentes críticos.


En ciberseguridad solemos hablar mucho de “defensa en profundidad”, “Zero Trust” o “detección temprana”. Son conceptos potentes, que suenan bien y se repiten en presentaciones, auditorías y planes estratégicos.

El problema es que muchas veces se quedan ahí: en el discurso.

En Softeng, nos encontramos una y otra vez con organizaciones que confunden la tranquilidad de contar con determinadas soluciones de ciberseguridad con la certeza de estar realmente protegidas.

Empresas con firewalls, antivirus, MFA y otras tecnologías desplegadas… que siguen siendo vulnerables.

No porque esas herramientas no funcionen, sino porque parten de una suposición errónea: que tenerlas es suficiente, pero no lo es.

Porque cuando una organización cree que todo está bajo control, deja de cuestionarse, de auditar, de simular ataques, de mejorar.

Y la ciberseguridad requiere vigilancia y respuesta continua.

Dos ejemplos claros de esto los vivimos estos últimos meses, justo antes de verano.

Acompañamos a dos organizaciones en situaciones muy diferentes, pero con un aprendizaje común: la falsa sensación de seguridad puede abrir la puerta a un ataque con graves consecuencias.

Caso 1: Cuando una contraseña débil compromete toda la infraestructura

Un atacante no necesita forzar la puerta si ya está entreabierta. Y en esta empresa, lo estaba: una contraseña débil de un usuario con acceso a recursos críticos.

A partir de ahí, todo fue silencioso.

Se movió por los sistemas como si fuera uno más, identificó recursos de uso interno y consiguió realizar acciones sin levantar ninguna alarma.

Nadie sospechó, porque todo parecía venir de un usuario legítimo y con los permisos necesarios para hacerlo.

Hasta que un comportamiento inusual activó las alarmas de nuestro servicio de SOC/CSIRT.

Rápidamente iniciamos una investigación del incidente que confirmó las sospechas: la red estaba comprometida.

A partir de ahí, cada minuto cuenta. Identificamos la cadena de ataque empleada y tomamos las acciones necesarias para frenar el ataque y prevenir futuros incidentes.

Detectarlo a tiempo y que no haya escalado no fue casualidad: fue el resultado de una vigilancia continua y proactiva.

Caso 2: Cuando una simulación de ataque pone en jaque al servicio de SOC

El segundo caso fue muy distinto: una empresa quería comprobar si su proveedor de SOC estaba preparado para detectar una intrusión real.

Y para eso… ¿Qué mejor que una simulación de ataque?

Partimos de un acceso básico, como el que tendría cualquier empleado estándar.

Desde ahí, fuimos explorando poco a poco la red interna, identificando configuraciones débiles y servicios poco seguros.

En los primeros pasos del ataque conseguimos credenciales de otros usuarios, accedimos a información sensible, desde propiedad intelectual hasta datos financieros, e incluso encontramos contraseñas sin cifrar.

Finalmente, logramos escalar hasta conseguir el control completo de la infraestructura interna.

Todo esto sin grandes dificultades.

Y peor aún: sin ser detectados por el servicio de SOC.

De esta manera, nuestro cliente comprobó que su proveedor no estaba preparado para detectar ni responder ante una intrusión real.

La empresa tenía las alarmas instaladas… pero nadie las estaba escuchando cuando realmente importaba.

Dos casos distintos, una misma conclusión

Aunque uno de los casos fue un ciberataque real y el otro una simulación controlada, el resultado fue el mismo: un acceso aparentemente inofensivo terminó convirtiéndose en control total de la infraestructura.

Y todo, sin que nadie lo detectara a tiempo.

Esto evidencia la necesidad de contar con un servicio de SOC/CSIRT capaz de ver lo que no se ve a simple vista, de anticiparse y reaccionar cuando realmente importa.

Porque en ciberseguridad, como demuestran estos dos casos, no basta con tener la alarma instalada: hay que asegurarse de que funciona, de que alguien la escucha y de que sabe cómo reaccionar cuando suena.

Seguro que tu empresa tiene la alarma instalada, pero cuando suene… ¿Estás seguro de que sabrás cómo reaccionar a tiempo?